Una taza de té
El cielo se nubla y pequeñas gotas empiezan a caer, para ir haciéndose más intensas. Mamá mira con preocupación el cielo y sólo le pide a Dios por mi hermano, quien desde la semana pasada trabaja recolectando cartones por las calles. Hace frío, y mamá prepara un té, se siente amargo. Con la taza en la mano, me asomo a la puerta y veo niños, sólo un poco menor que yo, corriendo a sus casas, con sus piesecitos embarrados y enteros mojados. Respiro profundo y soplo el vapor de mi té, pienso que mañana estaré en las calles, juntando cartón con mi hermano, pienso también que el mes entrante mamá tendrá azúcar para su té y harina para las sopaipillas que tanto nos gustan con mi hermano. Dejo la taza sobre la mesa y me recuesto en mi cama, escuchando las gotas de lluvia caer y sintiendo la humedad de nuestro cuarto por todas partes. Intento dormir y tener un hermoso sueño, añorando que al despertar todo sea diferente...
Tete, 21 de Marzo
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